La pandemia de la COVID-19 está cambiando notablemente el curso de todo el mundo. Los hábitos de las personas han cambiado: el modelo de consumo, las actividades del tiempo libre, la forma de dar clases, los horarios de ocio, el turismo, las preferencias de compra...
En el ámbito de la educación, la formación online está ganando terreno. En un abrir y cerrar de ojos, los centros educativos se vieron forzados a adoptar los recursos de enseñanza a distancia. Pero, ¿se están cubriendo todas las necesidades educativas de los niños?
Según la UNESCO, ‘’1500 millones de estudiantes no asisten a la escuela por el covid-19’’. Así, la gravedad del asunto alcanza niveles extraordinarios, ya que esto está ‘’afectando al 87% de la población estudiantil del mundo’’. Para paliar los efectos, instituciones de todo el mundo trabajan ‘’afrontando los retos que esto conlleva, que van desde la entrega de contenidos, apoyo a los docentes, orientación a las familias, los problemas de conectividad y de acceso a medios masivos de comunicación’’. El alumnado permanece en su casa o va unos pocos días de la semana a su centro, todo depende de cómo lo decida el colegio.
‘‘La única preocupación ha sido que la escuela pueda seguir de forma virtual’’
De esta manera, parece que el niño o niña pasa a un segundo plano respecto a su propia educación. Con respecto a esto, la opinión y la preocupación del psicopedagogo Francesco Tonucci cobra especial importancia: “me parecía un poco paradójico que todo el mundo pedía a los psicólogos consejos para los padres y a los pedagogos para los maestros y nadie pensaba en ellos”, admitía en una entrevista con El País. Además, respecto a la acción política, considera que “los niños prácticamente no existen, no aparecen en sus preocupaciones. La única preocupación ha sido que la escuela pueda seguir de forma virtual’’.
En dicha entrevista, el italiano saca a la luz lo que él entiende como problemas educativos significativos que el alumnado está viviendo con la pandemia, aunque afirma que estos problemas también se daban antes de su llegada.
En primer lugar, destaca la carencia de socialización y de relaciones interpersonales en el nuevo modelo educativo a distancia, pues ‘’los niños sienten mucho la falta de la escuela, es decir, no de los profesores y los pupitres sino la falta de los compañeros.” En sus centros educativos se encontraban con sus amigos y amigas, jugaban, charlaban y se ayudaban con las tareas de forma espontánea. Ahora, lo único que hacen es sentarse delante de una pantalla a leer apuntes, escuchar la clase y realizar deberes, en un sistema que intenta ‘’demostrar que pueden seguir igual que antes a pesar de las nuevas condiciones’’, según el experto.
‘‘Tenemos una oportunidad’’
Tonucci confía en la posibilidad de otro tipo de educación, considerando este escenario una oportunidad para hacer de la casa una escuela donde padres e hijos colaboren junto con los maestros para descubrir cosas.
Para él, una tarea del hogar podría convertirse en laboratorio de varias asignaturas, poniendo como ejemplo la cocina: “El maestro puede proponer que los alumnos cocinen un plato con su salsa y escriban la receta. Así estamos haciendo física, química, literatura y se puede montar un libro virtual de recetas”.
Este tipo de aprendizaje se basa en el método learning by doing (aprender haciendo), la base del método de enseñanza de nuestro centro pedagógico. Las actividades que realizamos pueden ir desde limpiar la casa hasta sembrar plantitas en el jardín. A base de pequeñas tareas y juegos, podemos conseguir un aprendizaje que perdurará en el tiempo.
‘‘La escuela no consigue que los niños amen la lectura’’
En el desarrollo de los niños y niñas es vital introducir el hábito de la lectura de forma que esta sea un pasatiempo y no una obligación. Sin embargo, las escuelas consiguen el efecto contrario: los niños ven la lectura como una imposición y, por lo tanto, no les gusta y terminan rechazándola. Por ello, Tonucci considera que hay que hacerles ver que leer un libro “debe ser un regalo, no un deber’’. Añade también la posibilidad de introducir otras formas de lectura, como la colectiva, en la que los miembros de la familia proponen un horario y un lugar para leer un libro “como si fuera una telenovela” y disfrutar haciendo teatro. Actividades como esta “parecen poco escolares, pero todas tienen que ver con las disciplinas escolares”, sostiene el experto.
En Die Villa nos preocupamos por introducir este hábito de manera natural, de forma que nuestro alumnado quiera y aprecie leer. Disponemos de rinconcitos de lectura con libros y cuentos en alemán, así como también dedicamos un rato cada día a la lectura, como parte de nuestras actividades. Les dejamos que sean ellos y ellas los que escojan y se interesen por ella.
‘‘No perdamos este tiempo precioso dando deberes’’
Por otro lado, el italiano propone convertir la casa en un laboratorio de aprendizaje, en una escuela. Para él, en casa hay recursos suficientes para estudiar varias disciplinas. Por ejemplo, la geometría a través del estudio de las plantas.
Die Villa cimienta su trabajo en el aprendizaje natural en el hogar
Nuestro centro surgió con el objetivo de ofrecer una educación natural, basada en el learning by doing, con la que los niños y niñas realizan distintas actividades, ya sean labores del hogar o juegos, mediante las que aprenden un nuevo idioma. Al igual que Tonucci, creemos que otro tipo de aprendizaje es posible y que este debe ser activo: hay que hacer que el niño o niña sea partícipe de su propia educación.
Creemos que así los más pequeños aprenden y disfrutan más que con libros de texto y teoría. De esta forma, se sumergen de lleno en el idioma, que se encuentra presente en todas las actividades que realizan. Además, no solo se aprende un idioma, sino que crecen en su desarrollo emocional.
Si te interesa conocer más a fondo nuestros métodos de aprendizaje y qué hacemos en el centro, no dudes en leer más sobre nosotros y nuestros servicios.
Fuentes utilizadas:
UNESCO, Aprendiendo en casa: educación a distancia para todos
EL PAÍS, Francesco Tonucci: “No perdamos este tiempo precioso dando deberes”